Croquetas cubanas (croquetas cubanas)

En las Antillas Mayores, las croquetas se han convertido en un elemento importante de la cultura culinaria. Esto se debe a que siempre son muy adaptables a los ingredientes disponibles durante la preparación. Además, pueden formar parte de todas nuestras comidas: ya sea en el desayuno, el almuerzo o la cena. A continuación, te dejamos la receta de croquetas cubanas con jamón, pescado o pollo, según aparezca en el mercado.

Para empezar debemos hacer una salsa bechamel que será el ingrediente básico de nuestras croquetas.
¿Cómo hacer salsa bechamel para croquetas caseras?


Tostar la harina para la bechamel: Pon a calentar el aceite a fuego lento, lo justo para añadir la harina a la sartén y, con una cuchara de madera, remueve bien hasta que veas que queda blanda. Es importante remover periódicamente durante 3 o 4 minutos para que la harina se tueste bien y las croquetas no sepan a harina cruda.

Hacemos la bechamel: todavía a fuego lento añadimos la leche poco a poco; revolviendo constantemente la masa hasta que esté cocida y espesa. Luego agrega la nuez moscada, un poco de sal y el ingrediente elegido picado o molido; ya sea jamón crudo o ahumado, pescado o pollo hervido.

Puedes añadir una cucharada de vino de cocción, zumo de lima o vinagre, cebolla picada, cebollino o ajo, mantequilla, pimienta molida, perejil, espinacas u otros ingredientes y especias de tu elección.

Deja que la masa se cocine en la sartén, revolviendo constantemente, hasta que espese lo suficiente.
Enfriar la masa de croquetas: Una vez que la mezcla haya espesado verterla en un bol y dejar enfriar fuera del frigorífico durante aproximadamente una hora. Luego mételo en el frigorífico durante al menos una hora más. Esto hasta que la masa se enfríe por completo y quede bien espesa.

Hacemos las croquetas caseras: se baten los huevos por separado. Una vez fría la masa, con mucho cuidado, damos forma y moldeamos las croquetas del tamaño de una cuchara más o menos. Puedes hacerlo con las manos muy limpias o con dos cucharas.

Por último, las pasamos por huevo batido y pan rallado para cubrir bien las croquetas.

Ponlas en un plato grande, y cuando estén todas empanadas guárdalas en el frigorífico una hora más.

Freímos las croquetas: finalmente se freirán en abundante aceite caliente que las cubra por completo. Dales la vuelta y ten cuidado porque se pueden quemar muy rápido. Cuando se doren, retíralas y déjalas escurrir sobre papel absorbente.

La croqueta ya está lista para desaparecer mágicamente. Se pueden acompañar de alguna salsa picante, salsa tártara o simplemente ketchup, mostaza y mayonesa, o incluso miel.

La verdad es que no tenía los ingredientes necesarios en cantidad suficiente para hacer estas croquetas. Por otro lado, nuestra vecina me ofreció esta mañana unos así, que tengo el placer de degustar ahora mismo con un vasito de ron y limón.
Feliz domingo.