
El huracán Matthew se formó el 28 de septiembre de 2016 y alcanzó su máximo el 1 de octubre, convirtiéndose en un huracán de categoría 5. Afectó a varias islas del Caribe, siendo especialmente devastador en Haití, donde causó graves daños y numerosas muertes.
En Cuba, Matthew afectó principalmente al oriente, particularmente a las provincias de Guantánamo y Santiago de Cuba. El 4 de octubre, el huracán tocó tierra, provocando fuertes lluvias, inundaciones y fuertes vientos. Las autoridades cubanas evacuaron a miles de personas y prepararon refugios. Aunque Cuba contaba con medidas de protección efectivas, el huracán causó daños importantes a la infraestructura, los cultivos y las viviendas de la región.
Las mayores rachas de viento se registraron en:
Guantánamo: 190 km/h
Baracoa: 150 kilómetros por hora
Santiago de Cuba: 140 kilómetros por hora
Holguín: 120 km/h
Caimanera: 135 km/h
Las mayores acumulaciones de lluvia durante el huracán Matthew, así como los valores en milímetros:
Baracoa: hasta 300 mm
Guantánamo: hasta 250 mm
Santiago de Cuba: hasta 200 mm
Yateras: aproximadamente 220 mm
Maisí: aproximadamente 240 mm
El oleaje alcanzó alturas significativas en varias regiones de Cuba. En algunas localidades se registraron olas de hasta 7 a 10 metros.
Baracoa: olas de hasta 9 metros
Guantánamo: olas de 7 a 8 metros
Santiago de Cuba: olas de alrededor de 6 a 8 metros.
Cocodrilo: olas de 7 metros.
Maisi: olas de hasta 8 metros.
El huracán Matthew comenzó a disiparse el 7 de octubre de 2016, tras cruzar el Océano Atlántico y debilitarse al entrar en contacto con aguas más frías. Se convirtió en tormenta postropical el 9 de octubre, perdiendo organización y fuerza. Debido a la devastación que causó, particularmente en Haití y Cuba, el nombre "Matthew" fue eliminado de la lista de nombres de huracanes durante la temporada de huracanes en el Atlántico, como parte del protocolo de huracanes de la Organización Meteorológica Mundial.